
Según informa Gizmodo las máquinas no se instalarán en cualquier lugar de la ciudad, sino que se construirán habitáculos especiales vigilados todo el día por guardias de seguridad.
Para hacer uso de ellas, los clientes deberán llevar consigo una prescripción médica, pasar el dedo por un lector de huellas dactilares para que quede registrada la compra y pagar con una tarjeta de crédito.
Se trata de una iniciativa de farmacéuticos de Los Ángeles, acostumbrados ya a la venta de marihuana con fines medicinales. También planean la distribución por esta vía en el futuro de medicamentos como el Vicodin, Viagra o Propecia.
Fuente: 20Minutos
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